Tiempo de mariposas.
Hay
pequeñas mariposas que vuelan
sin
pararse en ningún lugar,
llevan
mensajes de profunda escucha.
Otras,
tienen cortas sus alas y pueden llegar al mar,
cruzan
el azul y toda la escala de color.
Las mariposas de Violeta Zing me trasladan a
otra dimensión,
donde
las nubes se detienen
y
el sol gira en mis pies,
se
me permite no dormir,
ella
abre su puerta y sus mariposas sueñan sobre mí.
La
mariposa de Lilian es amarilla,
duerme
en las noches y vuela de día,
le
encantan los apamates y los jardines circulares.
Alicia
toca su piano
y
de sus dedos vuelan mariposas de colores,
revolotean
en la sala
y
en la grama de atrás.
Hay
mariposas que no tienen dueños ni nombres,
son
las que suelta el cielo en las tardes de lluvia
para
cubrir la soledad.
Me
gustan las mariposas azules
que
se esconden en mi cama
y
la impregnan de aroma floral,
son
las preferidas de Aurelio,
el
hombre que amo,
nuestro
amor es imaginario,
existe
en su sonrisa y en sus manos en las cuales vuelo,
las
mariposas azules y yo estaremos infinitamente junto a él.
Marina
abre su ventana para dejar escapar al sol,
pero
llegan las mariposas,
llegan
las mariposas volando,
descubre
en sus ojos de niña la perfección.
Hay
mariposas que vuelan sin centímetros ni giros,
y
reflejan la magia de las horas.
Las
mariposas nocturnas se enredan
en
el mosquitero color piel que cuelga del techo de mi cuarto,
se
impacientan pero logran volar.
Hoy
las mariposas vuelan y soy feliz.
Del poemario: Bocetos para Alicia.
Carmen Rosa Orozco.
Fotografía de Oleg Oprisco.
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