viernes, 11 de marzo de 2022

 



Se oculta tras una mantilla fina               tirante

hasta las estrellas,

piensa en el arte,

oye música clásica,

habló de Isadora Duncan,

de Coco Chanel y sus trampas,

de la muerte desatinada de Eva Braun,

de Eleanor Roosevelt y sus devaneos lésbicos,

de la bomba de Hiroshima

y la destrucción de Irak;

pero está en un país caribeño y pobre.

Dijo algo de Aristóteles y Botero,

de Kerouac y Shopenhauer,

nombró los planetas y constelaciones,

le sobresalta

mercurio retrógrado en su signo,

la luna de sangre

y el tercer ojo de Alba;

pero la gente aquí nunca supo nada de eso.


                        Carmen Rosa Orozco.

                        De Oriana y otros apuntes.

                        Pintura: Tamara de Lempicka.





 

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