jueves, 16 de junio de 2022

 


Alicia y el monumento de cereal.

 

El monumento de cereal crece en su longitud y diámetro,

se abomba de forma vertical hacia el cielo,

se lo comen las palomas y animales eventuales del suelo,

vuelve a crecer y se deforma en sus vértices,

busca un horizonte que no existe

y tiene una vida propia sin pretensiones

ni elementos discordantes.

Busca el placer y la desmemoria,

se enreda en el cabello de Alicia y sus amigos imaginarios,

cree en la voluntad inquebrantable de la delgada mujer

que pretende no nombrarse más en los días que restan por vivirse.

El monumento de cereal no contribuye con los impuestos,

no honra a nadie,

ni recuerda algún acontecimiento importante,

este monumento es un plasma que crece como lava

y a la par del pensamiento inequívoco de Alicia,

ella sucumbe ante su imagen que se proyecta en el espejo,

ella está de espaldas a él,

se desfigura en el desierto hecho de dendritas y pavimento.

Es fuerte el viento en estos días

pero el monumento de cereal no se derrumba,

sino que se aglutina por partes dentro de un todo estático

y carente de hermosura.

Refleja la crueldad y el amor a la vez.


Carmen Rosa Orozco.

De Bocetos para Alicia.

Fotografía de Anka Zhuravleva.

 

 

 

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